Sólo toma un momento. Nos lavamos las manos, el agua se ha ido y no volvemos a pensar en ella. Pero, ¿dónde está ahora? ¿Dónde termina su viaje? Seguramente no desaparece mágicamente, pero el destino sigue siendo misterioso.

Esa ‘agua usada’, también conocida como agua gris, en realidad comienza su viaje a través de los laberintos de tuberías y obras hidráulicas para combinarse con las aguas residuales, donde se vuelve tóxica. Y así pierde todos los beneficios anteriores.

O eso era antes de la llegada de los proyectos del reciclaje de aguas grises.

El primer detergente para ropa de Estados Unidos biocompatible para la tierra se desarrolló en 1989 y poco después se legalizó el agua gris en Santa Bárbara, lo que inició la tendencia de conservar el agua y reutilizarla en todo, desde parques públicos hasta jardines personales. Y para mayo de 1991, otras cinco ciudades de California legalizaron el reciclaje de aguas grises, popularizando aún más la idea innovadora de reciclar las aguas residuales(1).

¿Qué vieron estas ciudades en las aguas grises? Una visión de céspedes y parques verdes sin desperdiciar el agua dulce que tanto se necesita. La posibilidad de facturas de agua más baratas y menos aguas residuales que ingresan a las alcantarillas(2). Y en definitiva, un camino imprescindible hacia un futuro mejor para el medio ambiente.

Las empresas también se han dado cuenta de esta creciente tendencia ambiental y han comenzado a producir líneas completas de productos con certificación de aguas grises. En Modere, estamos orgullosos de liderar este movimiento con nuestra nueva línea de productos para el hogar biodegradables y adecuados para las aguas grises.

Hemos formulado específicamente Dish Wash, Laundry Detergent y Fabric Softener sin los agentes agresivos y los residuos que tienden a incluir productos similares. ¿El resultado? Los tres productos han sido verificados como fácilmente biodegradables y también son seguros para las aguas grises. Cada uno ha sido probado a través de la verificación de terceros y se demostró que alcanza la mineralización completa (lo que significa que se descompuso por completo) en solo 3 semanas, brindando a los clientes la oportunidad de ayudar a preservar el agua perfectamente útil con cada uso del producto.

Así que, ¿a dónde conduce finalmente el agua? Al final, depende de nosotros. Puede llegar a perderse entre la presencia de contaminantes, nutrientes botánicos desperdiciados. O bien, podemos usar esta agua a propósito como un recurso para futuras posibilidades beneficiosas.


1. Oasis Design. Gray Water History. oasisdesign.net
2. Sustainable Earth Technologies. Gray Water Treatment. sustainable.com.au